El número de enfermedades relacionadas con la tiroides se ha triplicado en los ultimos años, (mucho más frecuente en mujeres 2% de las mujeres adultas frente al 0.1-0.2 % de los hombres), suele debutar entre los 40-50 años.

¿Qué es la tiroides?

Es una glándula del sistema endocrino que se localiza en la parte delantera del cuello, sobre la tráquea. Su función es producir las hormonas tiroideas (T4 y T3).

A través del torrente sanguíneo, la T4 y la T3 llegan a todas las células del cuerpo con el fin de controlar y regular su metabolismo; es decir, el ritmo con el que se llevan a cabo los diversos procesos y reacciones corporales. Por ejemplo, las hormonas tiroideas ayudan al organismo a utilizar y consumir la energía, a mantener la temperatura del cuerpo y a que los músculos y órganos como el cerebro y el corazón funcionen correctamente.

El hipotiroidismo se produce cuando la glándula tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas, por lo que el cuerpo no puede seguir funcionando con normalidad y la actividad orgánica disminuye o se ralentiza.

Aunque no tiene cura es, por regla general, una enfermedad fácil de controlar. Sólo si se no se diagnostica y se deja sin tratar, se intensifican los síntomas derivados del hipotiroidismo y, en situaciones extremas, puede evolucionar a una hinchazón generalizada, insuficiencia cardíaca e insuficiencia respiratoria.

¿Qué tipos de hipotiroidismo hay?

Existen dos tipos principales de hipotiroidismo, dependiendo de si el problema está en la propia glándula tiroidea o si está en la producción de las hormonas estimulantes de la tiroides (TSH, producida en la hipófisis y TRH, producida en el hipotálamo y que a su vez regula la producción de TSH en la hipófisis):

Hipotiroidismo primario: es el más común, representa un 95% de los casos y está causado por algún daño o alteración en la tiroides. Diversas enfermedades, la falta de yodo en los alimentos y el agua, o también su aporte excesivo, la toma de medicamentos y otras condiciones pueden dificultar su trabajo o llegar a dañar las células productoras de hormona tiroidea en la glándula misma.

Hipotiroidismo central: representa el 5% de los casos de hipotiroidismo. La menor secreción de la hormona estimulante del tiroides (TSH) obedece a alteraciones en la hipófisis (hipotiroidismo secundario) o en el hipotálamo (hipotiroidismo terciario).

Principales causas que producen hipotiroidismo:

  • Enfermedades autoinmunes: la más habitual es una dolencia llamada tiroiditis de Hashimoto. Esta provoca que el sistema inmune, que protege el cuerpo contra infecciones extrañas, confunda las células tiroideas y sus enzimas con agentes invasores y las ataque. Otra enfermedad autoinmune que puede provocar hipotiroidismo es la tiroiditis atrófica.
  • Tiroiditis: una dolencia causada por un problema en el sistema inmune o por una infección viral, que provoca una inflamación de la tiroides y, en consecuencia, que las hormonas tiroideas se liberen de forma repentina. Esto causa un hipertiroidismo de corta duración, que luego da paso al hipotiroidismo.
  • Hipotiroidismo congénito (de nacimiento): aunque no es habitual, es la alteración endocrinológica más frecuente en recién nacidos. Sus causas son: el déficit de yodo y, en aquellos lugares con suficiente yodo, la  más común es nacer sin glándula tiroides o estar formada solo parcialmente o en un lugar incorrecto.
  • Transitorias, entre las que se encuentran las tiroiditis después del parto, la tiroiditis silente y la tiroiditis subaguda de Quervain: Algunas mujeres desarrollan hipotiroidismo durante o después del estado de gestación, ya que su organismo produce anticuerpos que atacan la glándula tiroides Por eso, precisan especial control y vigilancia por el endocrinólogo para el desarrollo adecuado del embarazo.
  • Determinados medicamentos: por ejemplo, la amiodarona (trangorex), el litio (plenur), el interferón alfa y la interleukina-2pueden desencadenar hipotiroidismo, aunque, normalmente, solo en quienes tienen predisposición genética. También algunos jarabes antitusígenos y expectorantes, contrastes yodados y algunos antisépticos pueden precipitarlo.
  • Problemas o inflamación de la glándula pituitaria (hipófisis): un trastorno en esta glándula impide que produzca la suficiente cantidad de hormona TSH.
  • Exceso o falta de yodo: el yodo es un mineral que usa el cuerpo para producir hormonas tiroideas. Por este motivo es importante incluir sal yodada en nuestra dieta, aunque debe tomarse con moderación.
  • Enfermedades que cursan con aparición de depósitos de sustancias en el tiroides y le impiden desarrollar su función correctamente, como por ejemplo, la amiloidosis y la sarcoidosis.

¿Qué síntomas produce el hipotiroidismo?

Los síntomas del hipotiroidismo suelen aparecer poco a poco y tienden a desarrollarse de manera progresiva. Entre los más habituales se hallan:

  • Apatía, indiferencia o, en ocasiones, depresión.
  • Aumento de peso, debido a que las células queman menos energía.
  • Sequedad de piel y cabello, con pelo y uñas frágiles y quebradizos.
  • Hallazgo de niveles de colesterol “malo” en una analítica general.
  • Cansancio y/o somnolencia.
  • Menor capacidad de concentración, fallos en la memoria y olvidos.
  • Mayor sensibilidad al frío.
  • Voz ronca y cara hinchada.
  • Estreñimiento.
  • Dolores y/o calambres musculares.
  • Rigidez o hinchazón en las articulaciones.
  • En las mujeres, trastornos menstruales.

Todos estos síntomas pueden pasar inadvertidos durante un tiempo, ya que son inespecíficos, es decir, pueden ser comunes a otras patologías y son, a menudo, reflejo de un “enlentecimiento” del funcionamiento del organismo.

¿Cómo se trata el hipotiroidismo?

Aunque es una enfermedad crónica, el hipotiroidismo es controlable con medicación de por vida.

El tratamiento farmacológico se basa en la sustitución de la hormona T4 que la tiroides ya no es capaz de producir, por tiroxina sintética (T4) a través de la toma de una dosis diaria. Este tratamiento es el pilar más importante para que los distintos órganos y aparatos sigan realizando sus funciones, incentivados por la hormona tiroidea que, en este caso, en lugar de producirse en nuestro interior, se administra en forma de medicación. De esta manera, se consiguen regular los niveles hormonales y el metabolismo vuelve a la normalidad. Igualmente, se reduce el colesterol y, si ha habido aumento de peso, suele revertirse.

Se trata de un tratamiento permanente –que debe ser controlado periódicamente por un médico-, pero que permite a la persona con hipotiroidismo llevar una vida completamente normal en la mayoría de los casos.

Existen otras opciones menos habituales como

  • Extracción quirúrgica parcial o total de la glándula tiroides: esta intervención puede ser necesaria en caso de nódulos tiroideos, cáncer de tiroides o enfermedad de Graves.
  • Tratamiento radiactivo: puede tratarse de yodo radiactivo -administrado para tratar enfermedades como las citadas en el punto anterior- o de radiación -que se usa como tratamiento de la enfermedad de Hodgkin, linfoma o cánceres de cabeza o cuello-.

 

Para mantener estables los niveles de hormonas tiroideas, es importante no saltarse nunca la toma diaria del medicamento. La medicación para el hipotiroidismo se debe tomar en ayunas estrictas, tan solo con un poco de agua, no se puede desayunar hasta pasados 30 minutos de la toma de la medicación. También se debe informar al médico en caso de ingerir fármacos o suplementos que puedan interferir en la capacidad del organismo para asimilar la tiroxina como la soja o la fibra ingeridas en grandes cantidades, los suplementos de hierro o de calcio o el hidróxido de aluminio que, por ejemplo, se encuentra en algunos antiácidos.

Fuentes: Clínica Universitaria de Navarra (CUN) y Cinfasalud.

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